sábado, 24 de agosto de 2013

Ver para creer

La inocencia de los niños hace que cualquier cosa que viven sea mágica. Todo es impresionante a sus ojos. Es una maravilla ver sus caras cuando descubren por sí mismos ciertas cosas.

En ocasiones, los adultos nos aprovechamos de esta inocencia. Su credulidad y su confianza en los adultos hacen que parezcan verosímiles las cosas más increíbles.


Aprovechemos esa referencia que somos para ellos para que, cuando la inocencia vaya desapareciendo, hayan aprendido lo mejor de cada uno de nosotros.

¡¡Son para comérselos!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario