miércoles, 31 de diciembre de 2014

¡Pasajeros al tren!

Hemos llegado a la última parada de 2014, la estación está repleta y el equipaje viene muy cargado.


Espero que para los más pequeños el viaje sea intenso, rico, lleno de amor y de felicidad y que los más mayores sepamos transmitirles fortaleza, espíritu crítico y confianza para poder sortear los obstáculos y tomar las decisiones adecuadas a lo largo del trayecto.

Se abre una nueva vía, la de 2015, lleno de oportunidades que nos ayuden a todos a ser mejores. Mi deseo para este año es que las aprovechemos.



¡Feliz trayecto!

domingo, 28 de diciembre de 2014

Happy

Se acaba el año y hay que hacer balance. En la vida de un niño, un año es mucho tiempo. Si pensamos como estaban hace 362 días, veremos que la cosa ha dado un giro de 360º, casi a un grado por día. Y es que así es. Con los niños no hay dos días iguales.


Muchas veces hemos comentado que la vida de los niños tiene que "nutrirse" principalmente de afecto y límites; aspectos que le llevan al desarrollo de una buena autoestima, seguridad en sí mismos y un buen autoconcepto. Un niño que consolida estos aspectos en su personalidad va a ser, probablemente, más feliz que otro que no logre desarrollarlos.

Ayer comentaba con un amigo la importancia de conocerse bien a uno mismo para poder disfrutar de cada momento que nos brinda la vida y llegar a ser felices. Carlos -así se llama el amigo en cuestión- me decía que, bajo su punto de vista, hemos de encontrar la felicidad en nosotros y que ésta debe ser independiente a alguien o a algo. Yo creo que tiene razón.

El niño que siempre necesita algo para ser feliz es difícil que sea feliz como adulto porque siempre va a estar insatisfecho. El niño que no sea capaz de conocer sus virtudes, explotarlas y disfrutar de las circunstancias cotidianas, puede que como adulto nunca se sienta plenamente realizado.

Estos días de fiesta y regalos hacen que el sentido de la verdadera felicidad se pierda y los niños confundan la ilusión por tener determinado juguete o regalo con el hecho de ser felices. Es importante hacerles comprender la diferencia y fomentar en ellos una actitud de agradecimiento y conformidad en lo que se refiere al tener, porque nada de esto da la felicidad (aunque puede contribuir a sentirla). Es complicado comprender esto a ciertas edades, pero quizá el resultado sea este:


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Holidays are coming!

¡La Navidad ya está aquí! ¡Las vacaciones han llegado!


El tópico de "es una fiesta para los niños" o "los peques son los protagonistas" no me vale para este año. Es obvio que son ellos los que más van a disfrutar pero es nuestra responsabilidad y nuestra obligación transmitir algo más que consumismo, regalos, compras y comilonas.

La Navidad es una época perfecta para inculcar valores y virtudes como la generosidad, la caridad, la gratitud, la amabilidad, la sensatez. Ayudar a los niños (a partir de ciertas edades) a valorar lo que tienen y a comprender que no se puede tener todo es complicado. Podemos poner como punto de partida la mesura al escribir la carta a Papá Noel o a los Reyes Magos: no pueden recibir cartas con un catálogo de juguetería completo. Los adultos debemos "censurarla" con la ayuda de los niños, haciéndoles reflexiones como: "tienes uno muy parecido", "a esto no jugarás porque no te gusta...", "esto mejor lo pedimos para tu cumpleaños, que tantas cosas no se pueden pedir". 

Para valorar lo que tienen, es bueno que cuando hagan la carta, por cada juguete que pidan escojan uno suyo para regalárselo a un niño que no pueda celebrar la Navidad.

A los papás de los más pequeños os recuerdo que el Niño Jesús, los Reyes Magos y Santa Claus están recogiendo chupetes y pañales de los niños que ya se han hecho mayores y ya no lo van a necesitar.

Y a todos, amigos y lectores, os deseo una felicísima Navidad rodeados del cariño de los vuestros, que siempre es el mejor regalo.


domingo, 21 de diciembre de 2014

A la vuelta de la esquina

Ahí está la Navidad: a la vuelta de la esquina. Este fin de semana he aprovechado para ir a hacer algunas compras. ¡Qué horror!

Asusta ver como la TV y la publicidad dominan nuestros gustos y nuestras necesidades. Ahora toca pedir a los Reyes Magos, a Papá Noel o al Niño Jesús que nos traigan regalos porque hemos sido muy buenos. Pero, ¿dónde está el límite? ¿cuál es el criterio para meter o no en el camello, el trineo o el pesebre un regalo? Debajo del árbol, no todo vale.

Bajo mi punto de vista, en la mayoría de los casos, los niños pequeños tienen las necesidades que los adultos les creamos (papás, TV, amistades...) 

En realidad, un niño pequeño disfruta de cualquier novedad, el problema es que si no le gusta lo suficiente, disfruta sólo un ratito; luego, el juguete deja de tener interés. Por eso, a la hora de hacer la carta de regalos, seamos sensatos: pensemos en los intereses del niño, en sus gustos y en su manera de jugar. Olvidemos lo que los dibujos animados y los anuncios generan y escojamos bien.

El juego es una parte importantísima del desarrollo del niño. La mayoría de aprendizajes que se producen en la primera etapa (0 a 6 años) se alcanzan a través del juego. No todos los juguetes sirven. Cada edad tiene un juguete más adecuado y cada objetivo de aprendizaje hace que uno u otro sea mejor. 

El juego heurístico, por ejemplo, no requiere de grandes compras. Se trata de divertirse descubriendo y probando. En la mayoría de las ocasiones, los materiales caseros son los que más interés despiertan en los niños. En la etapa del juego simbólico, las cocinitas, los coches, las tiendas y las muñecas son los que más éxito tienen entre los pequeños, aunque no los únicos. Los disfraces tienen un gran poder sobre el desarrollo de la imaginación. 


Los puzles, construcciones, tangrams, ábaco, cartas, memory,... ayudan al desarrollo del razonamiento lógico-matemático. La plastilina, los juegos de coser, ensartar, punzar, colorear... favorecen la motricidad fina. Los cuentos y las canciones potencian el desarrollo del lenguaje y del aspecto artístico de los niños. 

Y lo mejor de todo es que cualquier juego elegido con criterio suele tener un impacto global en el desarrollo del niño; es decir, un sólo juego o juguete suele favorecer el aprendizaje del niño en todas sus dimensiones.


Pues lo mismo: "si hay que comprar, se compra; pero comprar por comprar, es tontería".

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cosas de la edad

Hace no mucho vi un vídeo relacionado con la escolarización de niños prematuros

En él, un matrimonio padres de dos niños explican su caso: uno de ellos, el mayor, nació prematuro con sólo 26 semanas de gestación. En caso de haber llegado a término, el niño hubiera nacido en el año siguiente. Este año, a pesar de no ser gemelos, han empezado el cole ambos en P3.  



La mamá cuenta que, aunque no ha observado retrasos en el habla o en el pensamiento, sí los ha detectado en el movimiento. La maestra de los hermanos considera que de no haber retrasado su escolarización, este niño habría sufrido angustia y ansiedad por la distancia temporal que lo separa de los nacidos en el año que él. 


La burocracia educativa, las leyes, la normativa, las inspecciones y las ayudas hacen que sea complicado considerar este tipo de cosas, que pueden marcar la diferencia en la vida académica y personal del niño.

He encontrado en la red un expediente dirigido a la Consejera de Educación, Cultura y Deporte de Aragón que lleva por asunto "Escolarización según edad de menor prematura". En su desarrollo se solicita a la consejería que atienda la solicitud de retrasar el curso escolar que le corresponde a una niña que nació prematura el 29 de diciembre de 2011, cuyo parto estaba programado para abril de 2012. Vale la pena leerlo y ver qué cantidad de trabas y zancadillas se ponen al sentido común y a la sensatez.

"El desarrollo cognitivo de un niño que nació de parto prematuro no puede predecirse; cada prematuro es único y debe ser atendido con un programa individualizado teniendo en cuenta sus riesgos y necesidades.Hay evidencia suficiente sobre relaciones entre prematuridad, trastornos cognitivos y/o rendimiento académicos, en diversos estudios que incluyeron grupo control de niños que no fueron prematuros al nacer, se observó que los niños prematuros presentan en la infancia mayor porcentaje de déficit en el rendimiento cognitivo general.Entre 2 y 4 años se pueden manifestar trastornos del habla, conductas anormales y trastornos  motores finos. A partir de los 5 años se pueden detectar casos menos graves de torpeza motora, dispraxias, trastornos del aprendizaje y cocientes de desarrollo de 85 o inferiores.Los estudios realizados en adolescentes (14-15 años) con antecedentes de prematuridad hallaron menor CI y dificultades en lo referido a lectura y a las habilidades de cálculo".

Es importante destacar dos cosas:

  • No todos los prematuros presentan dificultades en su desarrollo.
  • Cualquier dificultad o trastorno debe ser diagnosticado por un especialista.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Mamás (y papás)

Porque se ve que esto de ser madre es una de cal y otra de arena, un no parar, un sinvivir, un toma y daca... 


Y mucho mejor si le ponemos ritmo....


Se acerca Navidad, quizá necesitéis un poco de espacio...

¡Ánimo mamás y papás!

martes, 9 de diciembre de 2014

Háblame de ti

Sigo estudiando, para no perder el ritmo. En este tiempo formándome como maestra (primero de infantil, ahora de primaria) observo que hay elementos clave para el desarrollo cognitivo que se repiten en todas las etapas del desarrollo evolutivo del niño (y del no tan niño). Una de ellas es el habla.

Hablar supone muchas cosas.

Es una cualidad propia y exclusiva del ser humano, a diferencia de las otras especies.

Es un medio para comunicarnos: expresar necesidades, sentimientos, intenciones... Se puede hablar a través de la imagen o a través de las expresiones y los gestos (una mirada vale más que mil palabras).


Pero sobre todo, es un medio para consolidar aprendizajes. Y es éste último punto el que goza de menos fama. Un niño que es capaz de expresar un conocimiento, explicarlo con sus propias palabras lo ha adquirido a nivel cognitivo.


De ahí que las tendencias educativas huyan -deberían- del aprendizaje memorístico y apuesten por uno más constructivista y significativo que permita a los niños construir su propio aprendizaje uniendo sus experiencias previas a las nuevas para después poder explicar lo vivido y así interiorizarlo.

En este sentido es importante dejar espacios abiertos a la conversación, donde todo lo explicado por el niño -de interés- sea acogido, escuchado y cuestionado para ayudarle en esta construcción de conocimiento.

Apoyar el habla con la formulación de preguntas -inteligentes- o la generación de hipótesis por parte de los niños potenciará destrezas cognitivas relacionadas con la metacognición -aprender a aprender- y la iniciativa personal.


Y tú ¿qué me cuentas?

viernes, 5 de diciembre de 2014

Pequeñas cosas

Pequeñas cosas como una caricia o unas risas, una mirada de comprensión o de perdón, un gesto de desaprobación o de ánimo.

"Pequeñas cosas" como el ejemplo diario, como la constancia, la coherencia, la paciencia, la empatía y la capacidad de hacer borrón y cuenta nueva cada cinco minutos.


Todas estas pequeñas cosas educan más que los libros, los blogs, los proyectos, las actividades o las fichas. Porque educar no es solo facilitar contenidos a los niños o normas de comportamiento; educar es transmitir una manera de vivir que les ayude a ser buenas personas, felices, íntegras.


Todo esto no está reñido con la exigencia. Hay que saber encontrar la delgada línea roja, que separa lo correcto de lo incorrecto, lo que se debe hacer de lo que no. Esta línea es tan delgada que a veces es fácil sobrepasarla hacia cualquiera de los lados.

Obviamente, la subjetividad que lleva implícita la personalidad de cada uno, hará que a la hora de establecer la línea, ésta se sitúe a una altura u otra, de manera que lo que sea adecuado para una familia puede que no lo sea para otra. Ahora bien, es importante que el adulto sea el primero en respetarla -ya que es quien la ha establecido- y en demostrar con su actitud y su comportamiento esa manera de vivir que pretende transmitir.

El niño que sabe ubicar esa línea roja, que recibe las pequeñas cosas que comentábamos antes acompañadas de la exigencia y el límite, crece bajo un ambiente de seguridad y afecto que dará frutos en su desarrollo personal, académico, profesional... 


lunes, 1 de diciembre de 2014

Contar hasta 10

Cuenta la historia que...


Este breve relato que lleva por título " El mejor regalo", es de Javier Urra, está incluido en su libro "¿Qué se le puede pedir a la vida?". 

Quizá la historia esté un poco edulcorada y adornada con epítetos que ayudan a intensificar las emociones, pero quién no se ha arrepentido nunca de haber dado un grito inmerecido o de haber castigado injustamente.

Cuántas veces no escuchamos las explicaciones de los pequeños, siendo tan valiosas para ellos como las de los adultos. Cuántas veces les quitamos bruscamente las cosas "que no pueden tocar" pero que luego les pedimos que nos acerquen para no levantarnos...

Son tantas incoherencias, seguramente inconscientes, las que cometemos en el día a día que sin darnos cuenta hacemos dudar a los niños del límite entre el bien y el mal.


Cuando se trata de regañar, castigar o advertir a un niño, antes tendríamos que contar hasta diez y asegurarnos de lo que vamos a decir y cómo lo vamos a decir.  Esta vez el autocontrol no debemos exigírselo a ellos, sino a nosotros, los adultos.