En su día hablamos de la importancia de cuidar los detalles, de aprovechar todos los momentos de la vida de nuestros hijos para ayudarles en su desarrollo como personas. A nivel cognitivo hemos ido aportando algunas ideas y resulta relativamente fácil en el momento que interviene el entorno escolar.
A nivel afectivo la familia juega un papel muy importante.
Desde los primeros minutos de vida de un niño podemos favorecer ese desarrollo emocional y afectivo que tanto potencia la autonomía, el autoconocimiento, la seguridad y la autoestima. Establecer un vínculo claro y fuerte con la figura de apego es el punto de partida para este desarrollo emocional del que hablamos.
Cuando hablamos de la figura de apego y el adquirir un apego seguro no nos referimos a las muestras de cariño como besos, abrazos o repetir infinitas veces cuanto queremos a nuestros niños. Es más, a edades tempranas son percibidas como simples contactos físicos agradables.
Al hablar de apego y de desarrollo afectivo nos referimos a esas sensaciones de seguridad y protección que interiorizan los niños al estar bien cuidados: alimentación adecuada, higiene, hábitos saludables y entorno agradable.
Proporcionando bienestar a los bebés y no tan bebés crearemos ese vínculo de apego, base para gran parte del desarrollo emocional y personal del niño.
¡Qué envidia!
Brutal el vídeo!!
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