martes, 29 de enero de 2013

Autocontrol, precursor del éxito

La capacidad de un niño de controlarse y regular sus impulsos es baja, se desarrolla mediante el entrenamiento. Por un lado, hay que evitar la concesión, el aquí y ahora, el dejar de hacer lo que tenemos entre manos para atender toda demanda. Hemos de enseñar a los niños a aguantarse, a saber esperar, a asumir que existen turnos, momentos oportunos e inoportunos para hacer y pedir las cosas. 

Walter Misehel llevó a cabo, en la década de los sesenta, una investigación con preescolares de cuatro años de edad. Les proponía un verdadero reto para el control de sus impulsos y tentaciones: El test de la golosina (Marshmallow Test)


El autocontrol es una estrategia imprescindible para la regulación emocional y social. Los niños que desde pequeños entrenan esta habilidad es más probable que de mayores presenten capacidades como la competencia social, la eficacia personal, actitud emprendedora y la capacidad de afrontar las frustraciones de la vida.

Aunque cueste, ¡hay que aprender a aguantarse...!

3 comentarios:

  1. El experimento es genial Ana! Si los niños sin problemas tienen que aprender a autocontrolarse, peor aún los que tienen TDAH. Por eso es injusto que sean vistos como maleducados por algunos docentes desconocedores del trastorno.

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  2. Sí, es genial. En cuanto a lo que comentas, creo que estamos de acuerdo en que hay que atender a la educación como PERSONALIZADA, entendiendo a cada alumno por cómo es, cómo aprende y cuáles son sus necesidades.

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  3. Totalmente de acuerdo. Por suerte la educación ha dado un giro y tenemos que ver al alumno como persona individual, con sus características propias y como tal,tenemos que tratarlo de manera individualizada. Más trabajo, si, pero mejores resultados.

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