jueves, 20 de diciembre de 2012

Mi mejor regalo eres tú

Sí, los regalos importan. A todos nos gusta que nos hagan regalos pero para que un regalo haga ilusión, debe cumplir algunos requisitos: ser una sorpresa, ser un deseo y ser "exclusivo", pensado para esa persona. Cuando preparemos la carta a los Reyes Magos con los más pequeños de la casa, tengamos en cuenta esas tres características. 


No es importante tener el salón plagado de cajas la mañana de Navidad o de Reyes (o peor aún, ambas) y sobre todo, no es necesario. Aquellos juguetes que se ponen de relleno, se quedan como eso. Por eso, hay que saber seleccionar bien los regalos pensando en las características del niño. 

Los niños hasta los 5 años tienen una capacidad de atención de corta duración, por lo general. Los juegos que requieren una gran preparación y montaje terminan antes de empezar la partida porque los niños ya están cansados para cuando hay que empezar a jugar. 


Los más pequeños, hasta 2 años, se divierten con casi todo: arrastres, coches, juguetes sonoros, torres, construcciones sencillas, animales, ir en triciclo, hacer filas... Tienen preferencia por lo familiar y lo reconocible.

A partir de los 3 años y hasta los 5 empiezan a representar la realidad a su manera, les encanta imitar a los adultos, disfrazarse, jugar a cocinitas, mamás y papás, arreglar con herramientas, construcciones y puzzles encajables, jugar con coches y párkings, llamar por teléfono, ir en bici o patinete, jugar a tiendas, a restaurantes... y todos los juegos que supongan movimiento. También dominan los Iphones, Ipads, Wiis... pero de momento aparcaremos el tema de las tecnologías para otro post.


Luego los gustos se van definiendo y a partir de los 6 años los niños ya empiezan a asumir el juego de reglas y a jugar en parejas o pequeños grupos. Es importante que hagan una selección de juguetes sabiendo que hay un limite.

La elaboración de la carta puede proporcionarnos un doble beneficio: introducir valores como la generosidad, la solidaridad y la ayuda por un lado y la capacidad de renuncia a lo propio o a lo deseado por otro. En cuanto a lo primero, los límites en el número de regalos y la conciencia de la pobreza despiertan en los niños esos sentimientos que siempre son educativos. En cuanto a lo segundo, es el momento ideal para dejar el chupete, los pañales, ese peluche que nos acompaña a todas partes... al pie del árbol para que SSMM los Reyes Magos se lo lleven cuando nos dejen los juguetes.


Recordemos siempre, que nuestro mejor regalo es el cariño de los que nos rodean.

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