sábado, 4 de mayo de 2013

El niño que llevo dentro

En muchas ocasiones, un nivel de lenguaje muy avanzado o una altura por encima de la media, hacen que pensemos que el niño que tenemos delante ya es lo suficientemente "mayor" como para que le exijamos una serie de responsabilidades. Y no es así, sigue siendo un niño y sigue teniendo la edad cronológica y mental que tiene.



Los niños de hasta los 6-7 años se encuentran en el estadio preoperatorio de Piaget. Una de las principales características de esta etapa es el pensamiento es egocéntrico, por el cual, el niño percibe el mundo exclusivamente desde su perspectiva. El desarrollo de su lenguaje es muy notable en este periodo pero su cerebro no ha desarrollado la empatía ni diferencia el medio del fin. Los niños en esta etapa concluyen por intuición, no son capaces de deducir; tienen dificultad para establecer secuencias temporales coherentes y envuelven todos sus relatos y juegos de invenciones y atribuciones no naturales. Tampoco comprenden el principio de conservación de los elementos (volumen, masa, cantidad):


Con este panorama, tenemos que plantearnos a quién tenemos delante; su nivel de desarrollo cognitivo y su madurez, para apremiar, exigir o cargar de responsabilidad.

Querer correr más que el propio desarrollo del niño tiene dos consecuencias: hacerle saltar escalones de su desarrollo y hacerle perder tiempo de su infancia. Hay que exigirle SU 100%, no más.

Y es que, todos hemos sido niños antes que mayores...


Alarguemos la infancia, porque de mayor ¡se echa de menos!

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