lunes, 29 de abril de 2013

¡Atención por favor!

La atención de un niño pequeño es tan fácil de captar como de perder. Hasta los 6 años, el sentido predominante es la vista, por lo que en general, atiende a aquello que mira y viceversa; mira a aquello que le llama la atención. 

Si buscamos que el niño se concentre en una actividad hay que minimizar los distractores. Si el suelo está repleto de juguetes, le costará centrarse en uno; si mientras se le habla la TV está encendida, le costará escucharnos. 

Es importante que demos órdenes cortas y sencillas. No podemos encomendar una tarea con oraciones subordinadas y que supongan ir a varios sitios y hacer varias cosas. Es mejor usar una frase sencilla y afirmativa para una sola acción; al terminar, damos la siguiente. Dar encargos a los niños y pedirles su ayuda en tareas sencillas, además de hacer crecer su autoestima, les ayuda a entrenar la atención, la gestión del tiempo y a adquirir hábitos y habilidades sociales.

Hay muchos tipos de atenciónselectiva o focalizada, sostenida y  dividida o alterna. Todos se pueden trabajar y mejorar con un trabajo constante y dirigido. 

De cara al futuro del niño, la atención junto con la memoria y la comprensión van a ser elementos claves para el aprendizaje eficiente gracias al desarrollo de la metacognición. 

Veamos cómo de entrenada está nuestra atención. Se trata de un experimento desarrollado por Simons & Chabris en el que se nos pide que contemos cuántas veces se pasan el balón los blancos.


Y tu ¿lo has visto?

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