lunes, 11 de noviembre de 2013

La historia se repite

Para terminar, por el momento, con el tema de los celos cerraremos la trilogía con este post.

En ocasiones el fenómeno del príncipe destronado se repite varias veces en una misma familia. Si llega un tercer (o cuarto, o...) hermano, le toca al segundo abandonar el trono. En general los celos son menos acusados en el resto de hermanos en comparación con los que sufre el primogénito ya que éste nunca ha sido hijo único temporal.


El segundo recibe atención de sus padres y de su hermano mayor pero no tan sólida como la que recibió el primero. Que su hermano mayor sea un guía es un estímulo para su desarrollo pero también un modelo a seguir que, por su inmadurez, no siempre es el adecuado. Es importante la supervisión del adulto en estas circunstancias para ayudarle a construir una imagen del mundo y unos esquemas cognitivos adecuados.

Y para colmo, ¡llega el tercero! Siendo una circunstancia genial y favorable para cualquier niño la de tener un hermano, no deja de ser un handicap para el Pequeño, que de forma automática se convierte en el mediano, el segundo, el de en medio, ¡¡¡el sandwich!!!


En esta circunstancia son muy útiles los planes familiares, en los que todos se diviertan, dar encargos de manera que cada niño se sienta responsable de algo y le sea reconocido su esfuerzo y trabajo independiente al de los demás, realizar alguna actividad con él y sin los demás en la que se sienta "importante" o la colaboración del mediano en los cuidados del nuevo. Y por supuesto: equidad, justicia, evitar las comparaciones, cariño y paciencia. Es pequeño y está emparedado por dos grandes protagonistas. 


Demos a cada niño la oportunidad de llegar a ser lo mejor que puede ser, con la ayuda de los padres, hermanos y profesores. El entorno hará que los celos se queden en una anécdota y que, a quien un día arrebataron el trono, sea quien lo ceda generosamente en el momento menos pensado.

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