lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Y a mi?

Tras el nacimiento del segundo hijo, como comentábamos en uno de los primeros posts, el primero queda destronado y pierde su poder sobre los papás y adultos que le rodean. El instinto innato que se despierta para su adaptación social es lo comúnmente llamados celos, respondiendo a ese sentimiento de abandono y de desprotección en el que se ve inmerso el niño.


Si se canalizan bien, los celos son una experiencia constructiva que van a permitir al niño conocer virtudes como la generosidad o el esfuerzo y a la vez van a permitirle descubrir en un entorno confortable los primeros sinsabores de la convivencia y la competencia social.

Con un ambiente adecuado y una actitud de los padres correcta (fijar normas y hacerlas cumplir justamente, poner los mismos límites, no interferir si los hermanos pueden resolver los problemas por sí solos...), esta rivalidad se transforma con el tiempo en amistad y complicidad.


Según indica el Dr. Paulino Castells en su libro Nuestros hijos y sus problemas, los celos. más comunes son los denominados celos funcionales o de beneficio. Son aquellos por los que un niño pretende lograr algo de sus padres que lo sitúe por encima de su hermano "invasor". No es tanto agresividad contra éste como competición por conseguir más atención o afecto. 


Los celos funcionales surgen de manera inconsciente pero, cuando los niños comprueban los beneficios de tenerlos los transforman en "herramienta de chantaje". Por ejemplo, cuando se le compra algo al pequeño, el mayor pide: ¿y para mí?. Si los papás compran algo para el mayor "para que no tenga celos", el mayor interioriza esta relación causa efecto repitiendola en cada situación que le es posible.

Como dice el refrán "no hay mayor desprecio que no hacer aprecio". Si queremos atajar los celos de raíz lo mejor es no transigir. El niño debe comprender que hay días y momentos de protagonismo diferentes para cada hermano (si es el cumple del hermano, el pastel y los regalos son para él). Desde luego, dando siempre el mismo cariño e igualdad de oportunidades, los hermanos deben comprender que no son iguales y por eso se establecen ciertas diferencias en el transcurso del día. 


Eso sí: "¡Te quiero mucho Bebé, y a tí también Hermano Mayor, os quiero mucho a los dos!"

2 comentarios:

  1. Ana!
    Que bienme viene este post!! A ver como lo manejamos de aquí cuatro meses!!
    Un besazo enorme de las Inesitas!!

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  2. Inesitas!! mañana sale la continuación a este post! me alegro que te haya gustado aunque no dudo de lo bien que vas a hacerlo!!!

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