sábado, 16 de noviembre de 2013

¿Me entiendes?

Los textos son sumas de frases compuestas por decenas de palabras elaboradas por una serie letras ordenadas en cierta disposición que pueden ser decodificados auditiva y visualmente por el lector o el oyente, dando lugar a la comprensión de cierto mensaje.



De aquí se extrae que para la lectura y la escritura se requieren muchas más habilidades que el mero reconocimiento de las letras.

La conciencia fonológica es la habilidad de asociar fonema (sonido) - grafema (letra escrita) es un proceso previo al aprendizaje de la lecto-escritrua que en la mayoría de los casos facilita dicha tarea. Se trata de que el niño reconozca bien cada uno de los sonidos que forman una palabra y los asocie a la letra que la representa según el alfabeto. Este proceso requiere capacidad de análisis y discriminación auditiva, atención, establecimiento de relaciones lógicas entre fonemas, la distinción entre el sonido inicial, medio y final, entre otras habilidades. 




El entrenamiento de esta habilidad se puede llevar a cabo con actividades como: reconocer palabras presentadas como dibujos, dibujar palabras habladas, decir una palabra (autobús) y que el niño busque otros dibujos de palabras que empiecen por la misma letra (árbol, arcoíris, armario...) o que busquen las que empiezan con sonido diferente, agrupar palabras por el sonido que tienen en común (Casa, peCa, oCa, saCo, músiCa...), rimas o trabalenguas.



Trabajando la conciencia fonológica podemos, por un lado prevenir posibles problemas de aprendizaje muy relacionados con la eficacia lectora y la comprensión y por otro, detectar, si las hubiera, dificultades de aprendizaje relacionadas con la audición o la vista que son los sentidos que intervienen en mayor grado en la lecto-escritura.


No obstante, el cerebro va mucho más allá y aprende y se desarrolla por muchas vías ajenas a la conciencia fonológica.



Los estudios sobre conciencia fonológica evidencian que su entrenamiento ayuda a los niños a aprender a leer, es más, es un factor causal de la velocidad y la eficacia de dicho aprendizaje. Todo ello puede tener unas consecuencias positivas directas tanto a nivel de comprensión lectora y lectura eficaz como de comprensión oral. 

Aunque parezca imposible no hay en Internet ni un sólo vídeo de esta frase célebre...


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