jueves, 14 de agosto de 2014

Con sólo una mirada

Como bien decía Marta Sánchez, una sola mirada o palabra pueden tener un efecto enorme sobre los demás.


Las miradas también educan. De hecho, el lenguaje corporal habla casi tanto como el verbal en algunas circunstancias. Es importante que los niños encuentren en nuestras miradas un cariño profundo y una comprensión inmensa, pero también reprobación o seriedad si la situación lo exige.

El uso de la mirada y los gestos se va desarrollando de forma inconsciente, pero sorprendentemente se adquiere rápidamente desde los primeros meses de vida.


Entre hermanos y amigos la mirada también es una herramienta comunicativa. A veces, las "grandes ideas" y los mejores juegos surgen entre ellos tras una mirada cómplice. 

Las relaciones familiares tienen un poso muy profundo que va más allá de las palabras. Todos sabemos qué es lo que nos quieren decir nuestros padres aunque no hayan abierto la boca. Igualmente, los hijos expresamos demandas de atención, cariño o comprensión sin necesidad de mentar palabra.

Y es que, como dice el poeta...

Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.

Gustavo Adolfo Bécquer


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