domingo, 12 de octubre de 2014

Pause

Hay momentos en que es difícil no ponerse nervioso ante según qué mal comportamiento. Los niños buscan el límite y necesitan encontrarlo para saber dónde está la barrera entre el bien y el mal. Y es justo ahí donde los nervios no deben aparecer.

Además, muchas de sus actuaciones están motivadas por su necesidad de ser atendidos por el adulto. Les gusta que les prestemos atención, aunque sea para reñirles o para darles órdenes. 


Cuando el descontrol se apodera de ellos y saltan la barrera de lo prohibido o cuando no conocen el límite, es cuando esos comportamientos poco deseados como mordeduras, rabietas, pegar al primero que se cruza en su camino, escupir... salen a la luz.

En el juego también sucede a veces que desconocen cuál es el punto en el que éste deja de serlo y se convierte en una situación agobiante o dolorosa para su compañero de diversión. 

En este momento es cuando, en lugar de gritar o desquiciarse hay que aplicar la "Técnica de la pausa obligada". Así llaman en Reglas de oro para educar, de Dorothy Einon, a la técnica que recomiendan para niños de hasta 5 años y que consiste en "ignorar" al niño, haciéndoselo saber, tras una mala conducta como las que hemos citado antes. 

Se trata de hacer lo siguiente: ponerse frente al niño (sacándolo de la habitación donde se ha comportado mal si hay más gente), poner una cara inexpresiva mirándolo fijamente y apartarse de él sin cruzar una palabra. Si la reacción es perseguirnos, hay que desviar la mirada, evitarlo. Cuando esto no sea posible, recomiendan cogerlo en brazos y mantenerlo apretado contra nosotros sin mirarlo o mostrándonos impasibles. Así hasta que se calme, que será cuando le reconozcamos su cambio de conducta -a mejor, claro está- y le dejemos seguir jugando.


Esta técnica tiene consecuencias inmediatas a una mala acción del niño: lo priva de la atención del adulto, de pasarlo bien, de estar con otras personas y de ser recompensado. Así pues, el niño, al que no hemos dicho una sola palabra, recibe cuatro mensajes:
  • Tu conducta es inaceptable
  • Tu conducta no va a tolerarse
  • Tu conducta debe cambiar
  • Hasta que no cambies no retomas tu actividad
De este modo aprende que portarse mal lo separa de lo que le gusta y lo mejor de todo es que no hay que gritar ni diremos o haremos nada de lo que luego tengamos que arrepentirnos para detener ese comportamiento inadecuado.

Y en este juego, nadie es "azúcar"...

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