martes, 1 de marzo de 2016

Likes

De toda la vida se ha dicho que "sarna con gusto, no pica". En el caso de los niños es exagerado. Son capaces de dedicarse por tiempo indefinido a aquellas actividades que más les divierten, Si obligas a un adulto a tumbarse en la bañera por horas, hasta arrugarse en agua fría, o a sentarse en la arena a hacer castillos toda una mañana de agosto, lo más probable es que coja "carretera y manta"; pero a un niño eso se le queda corto.


Un milímetro. Quizá dos. Eso es lo que has cambiado de posición su juguete preferido o su coleta al recogerle el pelo. O la cantidad de lechuga que hay en el tenedor y que quieres que se coma para demostrarle que no es tan mala. Lo nota y le molesta. Protesta. 

Para que el proceso de aprendizaje de los niños sea un éxito es imprescindible conocer sus intereses y sus habilidades y poder estimularlos. Es a partir de estos de dónde nacen los aprendizajes significativos, se despierta la curiosidad y las ansias de saber más.

Hay familias que acuden a expertos por que su hijo tiene dificultades en ciertas áreas de aprendizaje y buscan ayuda de profesionales especializados que a base de horas y de técnicas ayuden a los niños a superar esos problemas. Obviamente, debemos ofrecer a los niños todo el apoyo que necesiten para lograr su máximo desarrollo tanto a nivel cognitivo como humano. 


Sin embargo, ¿no parece más lógico que averigüemos qué se les da bien, o mejor aún, qué les gusta hacer a los niños para que puedan entrenarse y llegar a ser los mejores?



No hay comentarios:

Publicar un comentario