martes, 2 de agosto de 2016

Domesticar

Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. Ya he vuelto a casa después de un mes trabajando en Irlanda. ¡Vacaciones en modo on!

La infancia también es una etapa fugaz en los niños. A veces nos empeñamos en acelerarla, pretendiendo que los peques se hagan mayores antes de lo que les corresponde. Otras veces, al contrario, intentamos anclarlos a un periodo que necesariamente ha de pasar, alargando el uso del chupete o el pañal, hablándoles como si fueran bebés de cuna... Como siempre, en el término medio está el acierto.

Los niños necesitan crecer y desarrollar su propia personalidad. Obviamente, la educación que los padres eligen para ellos es determinante y modela los rasgos de su carácter, sin embargo, muchas veces, sin darnos cuenta, incidimos en su desarrollo de forma negativa.


En estos días de vacaciones tenemos la oportunidad de descubrir la esencia de cada niño buscando y potenciando lo mejor de cada uno de ellos. No se trata de hacer deberes, planes, actividades especiales o comprar todos los caprichos que el verano pone a nuestro alcance. Se trata de "domesticar":


Puede sonar rudo, deshumanizado pero traducido al lenguaje real, es la principal labor de la familia y de la educación: crear lazos.  

Educar es un "trabajo" exigente y continuo, a jornada completa y a tiempo indefinido. Cada gesto, cada acción, cada respuesta o actitud dejan una huella mayor o menor en los niños que van perfilando su personalidad.


Es cierto que hay niños con un temperamento fuerte, difíciles de "domesticar". A veces es por su exceso de energía, otras por las circunstancias familiares o los problemas de salud lo que hace complicado el proceso educativo. No obstante, como en la mayoría de los casos, la paciencia es la herramienta más útil en estas circunstancias. A partir de ahí, todo consiste en poner prioridades entre las semillas que queremos sembrar en el corazón de los niños. El sentido común juega un papel importante a la hora de poner límites y dar responsabilidades y autonomía a los niños: hemos de saber cubrir sus necesidades motrices, intelectuales, emocionales de manera que siempre sea el adulto el que lleva las riendas; pero ¡ojo!, no sólo para frenar sino para guiar, motivar, enderezar... "domesticar".



En cualquier caso, todos somos únicos, especiales. Como entre el Principito y zorro, como entre padres e hijos, profesores y alumnos...


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