jueves, 28 de febrero de 2013

¡Sigue nadando, sigue nadando...!

"La memoria es una función cognitiva que permite al ser humano registrar las diferentes informaciones que llegan al cerebro, almacenarlas y utilizarlas cuando sean necesarias o cuando se requiera. La memoria permite el encadenamiento y conexión temporal de unos sucesos con otros, ayudando a unir experiencias a lo largo del devenir temporal de los días, meses y años". Markowitsch (2000).

En función del tiempo de almacenamiento de la información hablaremos de: 
    - Memoria sensorial: capta y retiene la información recogida por los sentidos.
  - Memoria C/P: memoria de trabajo, relacionada con la acción; permite la automatización de actividades tras la manipulación de la información.
    - Memoria L/P: implica la retención de la información de manera permanente.



Para retener la información el mayor tiempo posible, ésta debe ser almacenada adecuadamente en el cerebro y utilizada con frecuencia de manera que pueda ser recordada y evocada.

Cuando existen alteraciones en la memoria las dificultades de aprendizaje son evidentes. Su trastorno se denomina amnesia y puede ser anterógrada de fijación (se pueden adquirir cantidades limitadas de información que se pierden al poco tiempo) o retrógrada de evocación (supone la pérdida de los recuerdos almacenados). Sus causas pueden ser orgánicas o funcionales.



Cuando a un niño le falla la memoria no debemos obligarle a repetir muchas veces lo que para él no tiene ningún sentido o no está preparado para entender.

Algunas ideas para trabajar la memoria y sus procesos cerebrales consisten en activar las siguientes capacidades, según el Dr. J. Ferré (2009): autocontrol para atender conscientemente a un estímulo determinado, mostrar interés y motivación por aprender, ser capaz de interpretar el mensaje y de integrarlo en base a unos buenos referentes espacio-temporales, desarrollo de la lateralidad, el ritmo y la secuenciación adecuados para ordenar la información. 

Todo lo que se integra correctamente no se olvida nunca, sobre todo cuando se guarda en la memoria de lo entendido y relacionado. El hemisferio izquierdo se basa en la memoria de comprensión y el hemisferio derecho en la vivencia; ambos se complementan perfectamente para integrar mejor cualquier procedimiento. Por ejemplo aprender a multiplicar a partir de la suma será más fácil que si repite las tablas de multiplicar sin entender el proceso. 


¿Te acordarás? 

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