miércoles, 5 de marzo de 2014

¡Es cosa tuya!

Experiencia es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres. 

Y así es como aprende el ser humano, y como los niños se desarrollan, intentando lograr los propios objetivos. 

Dárselo todo "mascado" no les hace ningún bien. Debemos permitir que los niños asuman las consecuencias de sus actos. Educar entendiendo el error como una parte imprescindible del aprendizaje reduce mucho los niveles de ansiedad e inseguridad de los niños y aumenta los de autoestima y motivación. Hemos de hacerles conscientes de que, a veces, a pesar de un gran esfuerzo, las cosas no salen bien a la primera. La motivación por seguir intentándolo es fundamental.


Cuando un niño tiene responsabilidades, lo mejor es que sea él mismo el que las recuerde y las ejecute. Andar detrás de ellos recordándoles todo lo que tienen que hacer en cada momento no hace otra cosa que impedir su maduración.

Por ejemplo, si el niño es consciente, porque es la norma de la casa, de que al llegar hay que irse directo a bañarse y no cumple con su obligación de manera habitual, no es bueno tener que perseguirlo para que lo haga. ¿La solución? No dejar que se bañe o baño de agua "fría". Si cada día preparamos la bolsita con el desayuno para el cole y la obligación del niño es guardarla en la mochila, y no lo hace, al tercer día de pasar hambre en el patio, no se lo olvidará.

Por otro lado, hemos de ser razonables: hay que dar una responsabilidad que les permita responsabilizarse. Metas ajustadas y realistas para sus capacidades.

Cuando los años pasen y los niños crezcan, la responsabilidad y la autonomía serán su pasaporte al éxito.



Con la edad suelen tomarse decisiones más importantes, y normalmente la responsabilidad aumenta. Pero no mejora por el simple paso de los años, sino por los hábitos que se adquieren. 

4 comentarios:

  1. Anónimo5/3/14 22:19

    Buen post Ana!!
    "Unas veces se gana y otras... se aprende"
    Alberto HV

    ResponderEliminar
  2. ¡Cuánta razón tienes, Ana! A veces los padres somos muy incongruentes... y a la vez que les exigimos les allanamos demasiado el terreno, y se lo ponemos demasiado fácil. Hay que exigirles, con amor, pero con rigor, de esta manera ellos (y de paso nosotros, que nunca está de más!) seremos mucho más felices.

    ¡Besotes guapa!

    Bibi

    ResponderEliminar
  3. Cierto Bibi: "mano de hierro" y corazón de oro.

    + besos!!

    ResponderEliminar
  4. Eso siempre Alberto!! Gracias ;)

    ResponderEliminar