miércoles, 16 de abril de 2014

Es lo más

Siguiendo con lo que se nos quedó en el tintero, vamos a abordar los principales periodos sensitivos de 0 a 6 años según la metodología Montessori.

El más llamativo y prolongado de los periodos es el del lenguaje. El ser humano está predispuesto a su aprendizaje tanto a nivel fonético como social e intelectual. La vibración de las palabras despierta el interés del bebé, que se esfuerza por imitar al adulto. Por este motivo es importantísimo que el adulto utilice un lenguaje real, apropiado y correcto, acompañándolo del lenguaje corporal y la mirada. El aprendizaje del lenguaje a nivel fonético es un proceso más lento que puede llegar a finalizar a los 7 u 8 años. 


El orden es una de las virtudes que se puede inculcar con mayor facilidad entre el primer año de vida y los 5 años. A nivel cognitivo, el niño concibe el orden en dos dimensiones: temporal y físico. La primera les ayuda a la orientación espacio-temporal y deriva en el desarrollo de la seguridad. Este aspecto se trabaja a partir de las rutinas que les pongan "en situación": normas, presentar el material con el que van a jugar, repetir siempre las secuencias, aclarar los conceptos temporales, organizar y recoger lo que se usa, etc... En palabras del Dalai Lama el orden exterior (físico) invita al interior, por eso es tan importante que evitar la improvisación en este aspecto para eliminar las inseguridades en su desarrollo.

De 0 a 6 años les llama mucho la atención las pequeñas cosas, los objetos que les rodean y que despiertan sus capacidades perceptivas. Pueden encontrar pequeñas diferencias entre objetos aparentemente iguales, la medida, la forma, el color (incluso las escalas), el peso, etc. En general se les va despertando la mente matemática y por eso conviene construir los conceptos lógico-matemáticos en este momento, para que las habilidades que se desarrollen posteriormente sean sólidas y claras. Para esto se pueden aprovechar todas las oportunidades que la naturaleza y el juego nos brindan en este sentido.

El desarrollo sensorial es muy rápido en esta etapa. La música y el ritmo saca lo mejor de de cada uno agudizando el oído.


Vista, olfato y tacto también están despiertos a la novedad por lo que cualquier actividad que los estimule será bien recibida e interiorizada.

Y con la madurez física y sensorial mejora la coordinación de movimientos, por eso en esta etapa la psicomotricidad fina y gruesa se deben trabajar de forma más intensa a partir del equilibrio y los movimientos de los segmentos corporales (por ejemplo:mano-muñeca, codo-antebrazo, hombro-brazo). Actividades como costura, cocina, plastilina, construcciones... van a ayudar a lograrlo

Para terminar, las habilidades sociales. Los niños son conscientes, antes de cumplir el año, de que su vida es independiente a la de su mamá. Además descubren que cada adulto es una persona diferente que ofrece experiencias diferentes. Se pueden introducir e interiorizar las principales normas de cortesía y modales. Como siempre, siendo modelos a imitar para ellos.



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