En un momento en que occidente llora unas muertes absurdas, tanto como todas las que provocan las guerras, el odio, el dinero y el poder en el resto del mundo; me resulta difícil escribir.
Educar para la Paz, por la Paz y en la Paz debería ser uno de los principales objetivos de cualquier sistema educativo. Hay dos metodologías que funcionan, y de hecho, son más eficaces si se aplican conjuntamente: amor y ejemplo.
Ser conscientes del torbellino de purpurina es el primer paso para lograr llevarla de nuevo a la calma y evitar males mayores.
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