viernes, 9 de enero de 2015

Buena onda

Hoy hablaba con una amiga y comentábamos el papel tan importante que juegan nuestras emociones y nuestros pensamientos en nuestro día a día. Me refiero al efecto que causan en nosotros el autoconcepto y la autoestima.

En su opinión, la cual comparto, hay que pensar en positivo. Creo que este vídeo la define:


Según su teoría, la de mi amiga, la buena onda suele ser expansiva y contagiosa, sólo hay que dejar que fluya desde nuestro interior.

Los niños, en la etapa infantil, van construyendo su autoconcepto en base a sus logros, sus fracasos y lo que su entorno dice de ellos. También influye las expectativas que ponemos en ellos, que a veces propician el esfuerzo y la superación, otras provocan grandes frustraciones o desengaños.



No hay que engañar a los niños haciéndoles creer que todo vale, que todo lo que hacen está bien o es gracioso. Tampoco hay que atosigarlos y corregirlos por cada error. En cualquier caso, es importante que les enseñemos a ver el vaso medio lleno; primero con nuestra actitud, después buscando lo mejor de cada uno y encontrando el lado positivo de todos sus problemas.

Es importante que, como educadores (padres y maestros) valoremos el camino, los progresos, el proceso; mucho más que el resultado. Durante su desarrollo, nuestra confianza en sus posibilidades, nuestro entusiasmo, nuestra compañía... van a ser su energía (positiva).

En educación -ya hemos hablado aquí- existe lo que se llama "la profecía autocumplida": la convicción de una falsa predicción de un comportamiento provoca que éste se haga realidad. Esta predicción, que suele ser negativa, desencadena una serie de circunstancias favorables para que éste se cumpla, ya que logra modificar nuestro comportamiento, nuestra actitud e incluso nuestra respuesta postural ante los demás. Todo ello hace que esa predicción acabe por hacerse realidad. Si una maestra cree que no va a sacar nada de un niño, logrará no sacar nada; si unos padres consideran que su hijo es malo, seguramente termine siéndolo.

Lo bueno -por ver la parte positiva- de esta teoría es que también funciona cuando las predicciones son optimistas. 


Creamos en los niños, en lo mejor de ellos, potenciémoslo. Y si esta teoría no fuera verdad, ¡mejor vivir rodeados de gente positiva!



Gracias D.


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