martes, 5 de mayo de 2015

CríTICa

Oír la "Buenos días Javi y Mar" en Cadena 100 de camino al cole ofrece una variedad de informaciones de lo más completa. Cuando aparco sé el tiempo del día, lo barato que es comprar vuelos en determinadas fechas, las diferencias entre el pensamiento masculino y femenino respecto a un tema, la curiosidad internacional más googleada así como las situaciones más insólitas de la gente de a pie. Eso sumado a las risas que me saca la encuesta absurda y las incursiones en el inglés de sus colaboradores. Siempre me pierdo la encuesta infantil que emiten a las 9:00h, ¡una lástima!

Pues bien, en Cadena 100 dieron el siguiente titular hace unos días: "Una investigación de la Universidad de Boston dice que los niños menores de dos años y medio que usan los teléfonos inteligentes o tabletas tienen un retraso significativo en el desarrollo de sus habilidades visuales y motoras."


Los investigadores consideran que los smartphones y tabletas no sólo afectan al desarrollo cognitivo y motor, también al emocional.


Lo que el artículo describe es algo que se puede comprobar en las aulas: los niños que ocupan su tiempo de juego en las tabletas lo hacen en detrimento del que destinan a otras actividades, y como digo, esto se nota. La falta de agilidad en los dedos y en las manos, la escasa conversación y baja creatividad quedan plasmadas en cualquier tarea que implique la intervención de estos elementos: pintar, dibujar, romper o arrugar papel, enganchar, dialogar, iniciar conversaciones, interpretar pequeños cuentos o responder preguntas sobre ellos...


El uso frecuente de estas tecnologías afecta significativamente al desarrollo motor (fino y grueso) y en habilidades, especialmente visuales; por no hablar de lo poco saludable que es el consumo excesivo de imágenes a gran velocidad y de las ondas que permiten la navegación.  A pesar de que hay aplicaciones que se definen educativas o didácticas, lo cierto es que en etapas tempranas, son mucho más enriquecedoras las relaciones sociales y el juego manipulativo que la frialdad de una tableta. 

Es cierto que usan el móvil de forma espontánea, con dominio. También es cierto que les distrae -les absorbe- y se portan bien cuando lo tienen entre manos, pero ¿a qué precio? Los niños tienen que aprender a portarse bien a cambio de nada, a encontrar diversión en el aburrimiento, a ser creativos en el juego... además de que necesitan ejercitar sus habilidades viso-motoras por vías experimentales. Dejarles usar el móvil "a demanda" es un límite a todo lo anterior. 

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