domingo, 1 de junio de 2014

Niños poderosos

Leer es una actividad frecuente en las personas. Casi nadie recuerda lo emocionante que resultó al principio. La primera vez que un niño lee se siente poderoso.


La lectura requiere de la madurez de varias habilidades: fonéticas, gráficas, corporales y neurofuncionales. Este proceso de maduración se suele producir en tres etapas:

1. Reconocimiento de logotipos: percepción del "dibujo" de la palabra, como un todo. Suele darse con las marcas de sus alimentos habituales, su nombre, dibujos de TV...

2. Fase alfabética: se activa el hemisferio dominante para el lenguaje de manera que se empieza a relacionar fonema (sonido) con grafema (letra escrita). Empieza a despertarse su conciencia fonológica y por eso debe relacionar los sonidos con las letras de izquierda a derecha. El adulto debe asegurarse de que esto se produzca así para evitar posteriores problemas de lecto-escritura. En este nivel el niño ya puede leer palabras nuevas y pronunciarlas aunque a veces las inventa. 

3. Fase de integración: a nivel neurofuncional, el cuerpo calloso, en el cerebro, va ampliando y enriqueciendo el número de conexiones de manera que el niño va perfeccionando su nivel de lectura hasta que es capaz de decodificar de manera automática. 


Cuando se alcanza el primer curso de primaria, si el proceso lector se ha adquirido con seguridad, los niños jugarán con el lenguaje y lo irán perfeccionando mediante refranes, poesías, trabalenguas, series de palabras... La interacción lúdica con el lenguaje les ayudará a su mejor aprendizaje.

Un fallo en una de estas tres etapas debe ser tenido en cuenta y observado por un experto para que elabore un diagnóstico y aplique un tratamiento si fuera necesario. Si se da el caso de que el niño no logra superar una de las fases, la solución en ningún caso es que lea más, sino que se debe de detectar la causa del problema y resolverla.

Debemos observar detalladamente el nivel de desarrollo del sentido de la vista si tenemos la impresión de haber detectado alguna dificultad, y como siempre, no alarmarnos ni obsesionarnos con que algo malo pueda pasar. A un niño al que le disguste leer al principio de su etapa lectora, es probable que sea por que le cuesta hacerlo.


Evidentemente, la lectura se mejora practicándola, y para ello el niño debe tener un modelo, una motivación y un estímulo. 

En el próximo post hablaremos de los problemas de comprensión lectora. A veces no valoramos la importancia de un buen nivel de lectura tanto a nivel de ejecución como de comprensión, y es una de las herramientas más importantes para desarrollarse cognitivamente con éxito.

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