martes, 9 de diciembre de 2014

Háblame de ti

Sigo estudiando, para no perder el ritmo. En este tiempo formándome como maestra (primero de infantil, ahora de primaria) observo que hay elementos clave para el desarrollo cognitivo que se repiten en todas las etapas del desarrollo evolutivo del niño (y del no tan niño). Una de ellas es el habla.

Hablar supone muchas cosas.

Es una cualidad propia y exclusiva del ser humano, a diferencia de las otras especies.

Es un medio para comunicarnos: expresar necesidades, sentimientos, intenciones... Se puede hablar a través de la imagen o a través de las expresiones y los gestos (una mirada vale más que mil palabras).


Pero sobre todo, es un medio para consolidar aprendizajes. Y es éste último punto el que goza de menos fama. Un niño que es capaz de expresar un conocimiento, explicarlo con sus propias palabras lo ha adquirido a nivel cognitivo.


De ahí que las tendencias educativas huyan -deberían- del aprendizaje memorístico y apuesten por uno más constructivista y significativo que permita a los niños construir su propio aprendizaje uniendo sus experiencias previas a las nuevas para después poder explicar lo vivido y así interiorizarlo.

En este sentido es importante dejar espacios abiertos a la conversación, donde todo lo explicado por el niño -de interés- sea acogido, escuchado y cuestionado para ayudarle en esta construcción de conocimiento.

Apoyar el habla con la formulación de preguntas -inteligentes- o la generación de hipótesis por parte de los niños potenciará destrezas cognitivas relacionadas con la metacognición -aprender a aprender- y la iniciativa personal.


Y tú ¿qué me cuentas?

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