domingo, 21 de diciembre de 2014

A la vuelta de la esquina

Ahí está la Navidad: a la vuelta de la esquina. Este fin de semana he aprovechado para ir a hacer algunas compras. ¡Qué horror!

Asusta ver como la TV y la publicidad dominan nuestros gustos y nuestras necesidades. Ahora toca pedir a los Reyes Magos, a Papá Noel o al Niño Jesús que nos traigan regalos porque hemos sido muy buenos. Pero, ¿dónde está el límite? ¿cuál es el criterio para meter o no en el camello, el trineo o el pesebre un regalo? Debajo del árbol, no todo vale.

Bajo mi punto de vista, en la mayoría de los casos, los niños pequeños tienen las necesidades que los adultos les creamos (papás, TV, amistades...) 

En realidad, un niño pequeño disfruta de cualquier novedad, el problema es que si no le gusta lo suficiente, disfruta sólo un ratito; luego, el juguete deja de tener interés. Por eso, a la hora de hacer la carta de regalos, seamos sensatos: pensemos en los intereses del niño, en sus gustos y en su manera de jugar. Olvidemos lo que los dibujos animados y los anuncios generan y escojamos bien.

El juego es una parte importantísima del desarrollo del niño. La mayoría de aprendizajes que se producen en la primera etapa (0 a 6 años) se alcanzan a través del juego. No todos los juguetes sirven. Cada edad tiene un juguete más adecuado y cada objetivo de aprendizaje hace que uno u otro sea mejor. 

El juego heurístico, por ejemplo, no requiere de grandes compras. Se trata de divertirse descubriendo y probando. En la mayoría de las ocasiones, los materiales caseros son los que más interés despiertan en los niños. En la etapa del juego simbólico, las cocinitas, los coches, las tiendas y las muñecas son los que más éxito tienen entre los pequeños, aunque no los únicos. Los disfraces tienen un gran poder sobre el desarrollo de la imaginación. 


Los puzles, construcciones, tangrams, ábaco, cartas, memory,... ayudan al desarrollo del razonamiento lógico-matemático. La plastilina, los juegos de coser, ensartar, punzar, colorear... favorecen la motricidad fina. Los cuentos y las canciones potencian el desarrollo del lenguaje y del aspecto artístico de los niños. 

Y lo mejor de todo es que cualquier juego elegido con criterio suele tener un impacto global en el desarrollo del niño; es decir, un sólo juego o juguete suele favorecer el aprendizaje del niño en todas sus dimensiones.


Pues lo mismo: "si hay que comprar, se compra; pero comprar por comprar, es tontería".

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